"No consigo hacerme con mi hijo". La importancia del vínculo y los límites.

No todos los niños son iguales ni tampoco todos los padres, lo que lleva a que muchos se frustren y acudan a la consulta diciendo "no consigo hacerme con mi hijo". Pero tranquilo, porque todo se puede solucionar. Prácticamente siempre es cuestión de tiempo, poner límites y de buscar la ayuda que necesitas.

Cómo conseguir tener una buena relación con tu hijo y la importancia de los límites

No todos los padres y sus hijos tienen una comunicación perfecta. Digamos que, no siempre resulta igual de sencillo.

Es importante que entre ambos siempre exista una comunicación abierta, que el hijo sepa que como padre estarás siempre a su disposición para escucharlo y ayudarlo, sin prejuicios, dejando que se exprese de forma libre. Cuando los padres rechazan todo lo que dicen sus hijos, estos pueden frustrarse y dejar de querer expresarse con ellos.

Pasar un tiempo de calidad en familia también es importante y sin duda puede forjar muy bien los lazos familiares. Para ello, es clave hacer juntos actividades que gusten a ambos, porque esto ayudará a crear recuerdos positivos y fortalecer el vínculo.

Límites, siempre tiene que haberlos, porque te ayudarán a guiar el comportamiento de tu hijo y así conseguir establecer una relación de confianza. Estos límites deben ser justos y razonables para las partes.

También es importante que seas paciente, porque tener una buena relación no es algo que deba forzarse, sino que debe surgir de manera natural. Con lo cual, debes ser paciente y no desanimarte si no ves cambios inmediatos.

Si no puedes, no dudes en pedir ayuda

Si, a pesar de intentarlo y poner todo de tu parte, no consigues que mejore la relación con tu hijo, no dudes en buscar ayuda de un profesional como un psicólogo o terapeuta familiar para así exponer tu caso.

Un profesional podrá darte una visión objetiva de lo que sucede, porque uno de los puntos más importantes para los padres, es la auto-reflexión. Es decir, el hecho de reflexionar sobre las acciones y las actitudes que tienes, porque algo en tu comportamiento podría estar obstaculizando la relación con tu hijo.

Necesitas abrirte de mente, estar dispuesto a hacer cambios y mejorar. De eso se trata. Pero no olvides que cada relación es única y que puede llevar un tiempo construir un vínculo sólido con tu hijo. Con ayuda de un experto, sin duda será más fácil.