¿Soy exigente?

“No estoy haciendo lo suficiente”, “Debería llegar a más”, “Tendría que haber terminado ya”

¿Cuántas veces te has repetido estas frases?

La exigencia la podríamos definir como una “acción/petición forzosa para que se produzca algo”.

A todos nos gusta que las cosas salgan bien, pero cuando la exigencia nos exige demasiado nos lo hará (haremos) pasar realmente mal. Hay un grupo de valores, criterios, opiniones, que construyen nuestro mundo REAL y nuestro mundo IDEAL. La conquista de nuestro mundo ideal, al que siempre nos quedará un poquito para llegar nos colocará en el camino de la insatisfacción continua.

Conforme las personas vamos aprendiendo a ajustar nuestras expectativas a nuestra  realidad, y vamos dejando de lado la persecución por alcanzar el ideal e incorporamos la posibilidad de que no podamos con todo, y menos podamos con todo “ya”. Menos “severos” y más “amables” nos volveremos con nosotros mismos. Ya que podremos ir adaptándonos a la conformidad de lo real, sin resignarnos a no poder alcanzar metas y construyendo objetivos que nos hagan crecer y nos permitan avanzar, de manera alcanzable.

¿Está reñida la exigencia con la disciplina?

Todo lo contrario, la disciplina te permite generar rutinas dinámicas y alcanzar los objetivos, de una manera flexible. La diferencia está que la persona exigente no se permite fallar y la disciplinada se compromete en asumir el proceso, de este modo, llegaría al final tenga buenos o malos resultados.

Una posición exigente sería, por ejemplo, “me voy a presentar a ese examen y ¡lo voy a aprobar!”, una disciplinada sería, “me voy a presentar a ese examen y lo voy a hacer lo mejor que sé”. Puede ser una diferencia sutil que marca la diferencia no solo cuantitativa, sobre todo cualitativa, ya que la persona exigente y seguramente exigida, si no lleva “bien” el examen no se podrá siquiera presentar al mismo en una gran mayoría de los casos.

Regular nuestros niveles de exigencia es una tarea difícil. Y como todo lo que vamos viendo requiere del entendimiento de la situación de cada persona en particular. ¿Caminamos hacia la amabilidad?

 

 

Consulta Montecarmelo
Calle del Monasterio de Caaveiro, 13, Fuencarral-El Pardo (28034) Madrid.

Consulta Alcalá de Henares
Calle Lope de Vega, 19,  Alcalá de Henares (28805) Madrid.

Cristina Palacios Manchón - Doctoralia.es