Ataques de pánico

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Lo primero que tendemos a preguntarnos ante esta afección suele ser, ¿en qué se diferencia un ataque de pánico de un ataque de ansiedad?

Es frecuente encontrar determinadas definiciones que se solapan en la explicación o que determinan la ansiedad como una emoción.

Por lo que aquí expondremos una aclaración que está sujeta del mismo modo a la interpretación como especialista.

Es importante transmitir que los diagnósticos son útiles en tanto en cuanto nos ayudan a los profesionales a utilizar un lenguaje común para así transmitir clínicamente la situación. Y habrá que tener en cuenta que en cada paciente aunque el síntoma se pueda describir del mismo modo se siente y padece de diversos modos, estamos hablando de un constructo por lo que el análisis es cualitativo.

Dicho esto, la ansiedad la podríamos definir como el estado emocional, físico y mental que se experimenta ante una situación estresante. Por lo que el manifiesto de la misma es algo normal y habitual.

La ansiedad se presenta bien a través de un pensamiento, una situación o una afección física estresante, (esperada) así como el haber experimentado de una manera abrupta la misma o durante un largo tiempo ante la ausencia de la amenaza real (inesperada). Mente y cuerpo actúan como si el objeto fóbico o estresante estuvieran aún presentes como signo de amenaza. 

En muchas ocasiones, al desborde emocional, cuando algo nos colapsa y estallamos en llanto y genera tensión, lo llamamos ataque de ansiedad. Sin embargo, se trata de una situación natural del cuerpo para restablecer el orden y así procesar determinadas situaciones que puede haber un componente ansioso pero no podríamos hablar de “ataque”.

Cuando sentimos una pérdida de control ante los pensamientos, hay una respuesta fisiológica concreta (aumento frecuencia cardiaca, respiración clavicular, malestar general, dolor de cabeza, mareos, náuseas…) y los sentimientos son de gran incertidumbre, desamparo, sosiego, miedo, terror, podríamos estar hablando de un cuadro ansioso, enmarcado en un ataque de ansiedad. Si además contamos con síntomas como la despersonalización (sensación de estar fuera del cuerpo), sentimiento de estar muriendo, sensación de ahogo, incapacidad de tragar… estaríamos hablando de un cuadro sintomatológico encuadrado en un ataque de pánico. Es aquí donde podríamos establecer la diferencia entre uno y otro.

Por lo que la clave estaría en;

EL PENSAMIENTO

LA CONDUCTA (lo que se hace) y SENSACIONES FÍSICAS

EL SENTIMIENTO (lo que sentimos, emociones)

Tendremos que tener en cuenta, por tanto, que el estrés que experimentamos es diferente con respecto a la situación que vivimos o cómo somos. Así puede ser una situación muy estresante una catástrofe natural, un accidente, una muerte repentina de un familiar o allegado, una ruptura… pero también será estresante una mudanza, un examen o una prueba médica, por ejemplo. Y el afrontamiento de la misma será determinante en el desencadenante mental, físico y emocional.

Si no puedes, no dudes en pedir buscar ayuda de un profesional como un psicólogo o terapeuta familiar para así exponer tu caso.Contamos con Consulta Sanchinarro: Calle Diego Hurtado de Mendoza 8, 1ºD y Consulta Mirasierra: Calle Nuria 59, Centro Comercial Mirasierra 1º Planta Madrid

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Cristina Palacios Manchón - Doctoralia.es